Albert Einstein

"Nunca consideres al estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber"


Albert Einstein


27 de octubre de 2010

LA SEXUALIDAD Y LOS ADOLESCENTES: RIESGOS




Algunos padres no salen de su asombro cuando se enteran de que las leyes en México y en otros muchos países cuando se enteran que la edad de consentimiento (edad a partir de la cual no hay acción penal por tener relaciones sexuales) se establece a partir de los ¡13 años!.

¿Están preparados nuestros hijos?
Algunos chicos de 18, 19 y 20 años van a los institutos en sus coches o motos dispuestos a recoger a "su novia" de 13, 14 y 15 cuya madurez sexual brilla totalmente por su ausencia. Claro, que probablemente los padres tenemos la tendencia a ver a nuestros hijos de 17 años, a un paso de la mayoría de legal de edad, como unos auténticos niños y eso tampoco es muy inteligente por nuestra parte.

Lo cierto es que, pese a los esfuerzos de los centros educativos de enseñar la biología y naturaleza de las relaciones humanas, los adolescentes tienen un alto desconocimiento de los riesgos a los que se enfrentan cuando se inician en sus primeras relaciones sexuales. Los padres adoptan una posición pasiva, tardía o torpe y los hijos se suelen cerrar hacia cualquier observación, indicación o consejo de los padres... Lo cierto es que nuestros hijos generalmente no suelen estar preparados cuando afrontan su primera relación sexual.

Los riegos de la sexualidad en adolescentes

Las estadísticas muestran que los riesgos son altos y confirman que nuestros hijos no suelen ir bien preparados. Entre los riesgos más destacados:


Embarazo.
• Enfermedades de transmisión sexual (SIDA, etc.).
• Experiencias adversas que conllevan actitudes negativas hacia su autoestima, seguridad, confianza, e incluso, hacia su futura vida sexual. Algunas de estas experiencias se realizan sin preparación alguna, bajo los efectos del alcohol, drogas, etc. acentuando los efectos negativos.
Consejos para prevenir los riesgos.

Los padres y educadores deben potenciar la formación y toma de conciencia de los adolescentes en relación con los riesgos que llevan consigo sus relaciones sexuales. Hay que insistirles en que el sexo no es un juego y que comportarse como adultos exige sentido de la responsabilidad. He aquí algunas cosas que hemos elaborado para tratar de ayudarles en estas tareas:

• ¿Estás preparada /o?. Muchas preguntas que deben hacerse todos adolescentes antes de dar el paso de su primera experiencia.

• Saber decir “NO”. Algunos jóvenes adolescentes tratan de presionar a otros para que se inicien en sus primeras relaciones sin estar preparados; para evitar estas presiones hay que aprender a decir "NO".

• Consejos primera relación. Un resumen de temas importantes que hay que tener presentes de cara a las relaciones sexuales, estar plenamente consciente de lo que se está haciendo y sobre todo tomar todas las medidas preventivas que el caso amerita.

LA SEXUALIDAD EN LA ADOLESCENCIA



Recordemos que la sexualidad se encuentra presente durante toda la existencia humana, pero en la adolescencia se vive y manifiesta de manera un poco diferente a como se expresa en otras etapas de la vida. En este período surgen sensaciones e impulsos de tipo sexual que se encuentran relacionados con los cambios biológicos que enfrentan todas y todos las adolescentes. Los cambios hormonales provocan que se tengan deseos y fantasías eróticas, que se quiera sentir placer físico a través del propio cuerpo y del cuerpo de otros, especialmente de quien te gusta.

Estas sensaciones generalmente te toman por sorpresa, por eso la angustia, el temor, la incertidumbre y la confusión revolotean en tu cabeza, más aún si no se tiene la información necesaria para comprender mejor lo que te está pasando, o si no se cuenta con personas confiables que te puedan escuchar y orientar seriamente.

La forma de vivir estos cambios y procesos tiene que ver con características personales (como el sexo, la edad o la personalidad) y sociales (la cultura, el nivel educativo, la religión, etc.), así como con las reacciones y demandas del mundo que te rodea. Resulta común que, en los primeros años de la adolescencia, las y los jóvenes se aíslen un poco del mundo que les rodea, prefiriendo pasar más tiempo a solas consigo mismas/os. Esto se encuentra relacionado con la sensación de incomodidad con el cuerpo por lo rápidos y fuertes que son los cambios. Es aquí cuando vuelve a aparecer la autoestimulación (ya que de niños o niñas también se viven estas experiencias, solo que no tienen por finalidad alcanzar el orgasmo sino explorar el cuerpo) y las fantasías (o “soñar despierto”) que permiten liberar los deseos e impulsos sexuales que se están sintiendo.

Sin embargo, la autoestimulación suele ser una actividad muy común durante toda la adolescencia, no solo al inicio. Además, esta cumple un papel muy importante, ya que permite explorar el cuerpo, conocer más sobre los genitales y su funcionamiento, así como liberar energía sexual. También la autoestimulación posibilita a la persona fantasear y prepararse para las relaciones genitales en pareja. Conforme se va viviendo una mayor adaptación a los cambios del cuerpo, las amistades con personas del mismo sexo ocupan un lugar muy importante. Es frecuente que se tenga un mejor amigo o mejor amiga, con quien se comparten secretos, confidencias, tristezas y alegrías, así como los deseos más profundos. Con esta persona se quiere estar todo el tiempo, así que cuando no pueden verse, las conversaciones telefónicas, cartas o mensajes son interminables.

También se suele tener un grupo de amigos o amigas del mismo sexo. En estos grupos comparten experiencias, angustias y deseos; también se cuentan las cosas que les ha pasado con la persona que les gusta, y eso ayuda a tranquilizar la inseguridad y dudas que estos encuentros generan.

Al final de la adolescencia, y gracias a que se tiene una identidad más estable y mayor seguridad en la forma de relacionarse con los otros, la necesidad de estar en el grupo de amigos o amigas va desapareciendo porque se prefiere tener más tiempo para compartir a solas con la pareja. Esto no quiere decir que no se tienen amistades con personas del mismo sexo, sino que la relación cambia y se valora más la intimidad. Con respecto a las relaciones amorosas, al inicio de la adolescencia las y los jóvenes van descubriendo que sienten interés y atracción hacia otras personas, pero esos sentimientos se esconden y ocultan. Luego se experimentan muchos deseos de resultarle atractivo o atractiva a alguien más, por lo que pasan horas frente al espejo, buscando nuevas formas de peinarse o vestirse, por ejemplo.

Después se vive el enamoramiento. Son muy comunes los “amores imposibles”, al enamorarse de personas mayores o inaccesibles. Esto tiene un propósito muy importante: dar seguridad; lo cual se logra al imaginar o fantasear lo que se quiere, desea y haría, sin tener que enfrentar en la realidad a la persona amada. Con el paso del tiempo, los jóvenes se van sintiendo más a gusto y seguros de sí mismas/os al estar en contacto con personas del otro sexo.

Generalmente en la mitad de la adolescencia se vuelven más comunes las relaciones de noviazgo, que son cortas pero muy románticas e intensas. Más adelante, las relaciones amorosas se vuelven más duraderas y estables, caracterizadas por una mayor preocupación por lo que siente y desea la pareja. En estas épocas también surge la preocupación por decidir si se tienen relaciones sexuales.

Además, en la adolescencia se consolida la identidad sexual, es decir, la forma en que una persona se siente, en lo más íntimo de su ser, como hombre o como mujer. A pesar de que esta identidad es producto de un largo proceso que inicia desde la niñez, en la adolescencia “se pone a prueba y se ensaya” a través de todas esas conductas hacia personas del mismo sexo y del sexo contrario, a las cuales nos referimos anteriormente.

La identidad sexual permite que las personas puedan sentirse, reconocerse y actuar como hombres o mujeres. También aclara las ideas, sentimientos y significados que se tienen con respecto al propio sexo y al sexo contrario. La identidad sexual nos permite diferenciarnos como hombres o como mujeres.

Por Octavio Ortega, en 3 de mayo de 2007.

21 de octubre de 2010

LA IMPORTANCIA DEL CUIDADO INTEGRAL Y LA PREVENCIÓN DE LA SALUD










En la actualidad nos enfrentamos a un gran número de problemas de salud relacionados a la mala calidad de vida de las personas desde temprana edad: el incremento notorio del estrés, el mayor consumo de drogas sociales (tabaco y alcohol), el sedentarismo, la mala alimentación rica en grasas e hidratos de carbono. Esto ha determinado que cada día veamos más casos de síndrome metabólico e hipertensión arterial.

¿Qué es el Síndrome Metabólico?
Es la asociación de trastornos metabólicos e hipertensión arterial, transformándose en uno de los pródromos más graves, de enfermedades cardiovasculares. Por ello, si usted presenta tres o más de los siguientes parámetros:

• Circunferencia abdominal:
Hombre: mayor a 98cm.
Mujer: mayor de 88cm.

• Triglicéridos: mayor a 150mg/dl
• Colesterol HDL (bueno):
Hombre: menor a 40mg/dl.
Mujer: menor a 50mg/dl.

• Presión arterial:
130/85 mmHg.

• Glucosa en ayunas: mayor de 110mg/dl.
Es conveniente que consulte a su médico clínico.

La mayor incidencia de síndrome metabólico como de hipertensión arterial, se incrementa a medida que la población envejece, es así que en la población mayor de 20 años de edad, la frecuencia es del 24%, y es mayor al 30 y 40% en la población de 50 y 60 años respectivamente.

El sedentarismo y la mala alimentación también han influido notoriamente en el desarrollo de diabetes tipo 2 en pacientes cuyas edades están comprometidas entre los 40 y 50 años de edad. Se calcula que en la actualidad la cantidad de pacientes diabéticos en el ámbito mundial es de 98 millones de personas y se estima que para el año 2020, ésta cifra aumentará a 200 millones.

Otro de los graves problemas de salud, considerado una pandemia a nivel mundial es la obesidad, y sus complicaciones inmediatas: problemas cardiovasculares, respiratorios, entre otros.

Es de destacar que el mayor aumento de factores de riesgo se ha notado en la población femenina, ya que el consumo de tabaco ha superado a la población masculina.

Igualmente el mayor nivel de estrés lo padecen las mujeres de edad adulta, ya que a su rol de amas de casa se ha sumado el trabajo fuera del hogar, así como también cargos laborales que en décadas anteriores no accedían. En muchos hogares han pasado a ocupar el rol de jefas de familia. Esta ha llevado a que en la actualidad entre los 50 y 52 años, es decir en el período perimenopáusico, una de cada dos mujeres tenga síntomas cardiovasculares o hayan padecido algún evento cardiológico.